Un sitio idílico para quien busque paz, estando cerca de Burgos, Palencia o Valladolid, sin olvidar los pueblos de los alrededores; la casa (en este caso, la de invitados -la principal, todavía más-) es única, por auténtica (mobiliario y decoración propias de la casa, con su historia propia) y el mimo con que está puesta, y con las comodidades modernas necesarias; la atención de Cristina fue maravillosa (tuvo incluso el detalle de enseñarnos personalmente la casa principal: extraordinaria -también la casa-). Y cuenta con la versatilidad de poder ocupar la casa principal, la de invitados, o ambas a la vez, según tamaño del grupo.
Nos planteamos volver periódicamente, de forma regular, en escapadas de vacaciones.